En el taller trabajan dos personas, Alberto G. Rayón y Luisa Lizarraga, dos ceramistas con una larga experiencia profesional en la pintura, la cerámica y el diseño. Después de estudiar cerámica en una Escuela de Artes y Oficios, donde se conocieron, su trayectoria profesional discurre desde 1984, cuando se instalaron en Ruiloba, un pequeño pueblo costero de Cantabria, verde y tranquilo, desde donde desarrollar la creatividad que infunde la cerámica, y trabajar por la artesania. Estética, creatividad y calidad son criterios básicos en su trabajo y es a través de estos requisitos que se identifican con cada uno de los productos que ofrecen.